Messi, conductas y el trofeo más deseado

Analizar la carrera del mejor jugador del mundo permite reconocer cómo el entorno y las circunstancias son factores que influyen en el desarrollo de cada persona.

Por Sebastián López Sacco, Chief of Behaviour & Science de Nawaiam

Si hiciéramos una encuesta sobre qué aporta el deporte en la vida de las personas, seguramente obtendremos respuestas variadas: concentración, disciplina, diversión, felicidad, superación, valores, salud y competencia, entre tantas otras. Pero, quisiera detenerme en dos aspectos fundamentales de las personas: las conductas y los comportamientos.

La conducta es consciente y voluntaria, mientras que el comportamiento puede ser inconsciente e involuntario también. Ambos definen a la persona y, según la psicología, es el conjunto de respuestas que presenta un ser humano en relación a los estímulos con lo que interactúa en un entorno o medio ambiente.  

El mundial de fútbol es uno de los eventos deportivos más importante y masivo del mundo. Tanto que este año se disputa en Qatar, un escenario muy diferente en cuanto a cultura, infraestructura, clima y época del año en el que se desarrolla.

Todos estos condimentos, y otros tantos, afectan en mayor o menor medida las conductas y comportamientos de los cientos de futbolistas que disputan la competencia. Sin importar su nacionalidad, todos quieren levantar la copa en la final y quedar en la historia mundial del fútbol y de su país.

Y de esta experiencia podemos aprender. Así como en la vida y en el trabajo se puso más foco en la psicología de las personas y en cómo afecta el entorno a las mismas, el deporte no es la excepción.

Pensemos en Messi joven, con gran entusiasmo y ganas por eludir jugadores a toda velocidad. Quería anotar y anotar goles, sin parar, superando récords una y otra vez en el Barcelona FC, club que lo vio crecer y que sin dudas será su eterna casa, porque lo formó, apadrinó y ayudó como persona y futbolista.

Como contrapartida, en la misma línea de tiempo, en su país (Argentina) era criticado porque su rendimiento no era “tan espectacular” cuando competía siendo parte del seleccionado nacional. En esos días tuvo que soportar una gran presión constante por parte de periodistas y otras personas. Fue tan abusivo que lo llevó a, por unos meses, renunciar a lo que más ama: representar y vestir la camiseta de la “celeste y blanca” (dato de color, Maradona también renunció en 1990).

Superar la adversidad

De un cariño e idolatría constantes, y ser parte del, tal vez, el mejor equipo de la historia del fútbol, el que lo ganó todo de la mano de Pep Guardiola, a no poder conseguir títulos, y sí cosechar tristezas y constante presión en la Selección Argentina.

Vaya si hemos visto dos versiones muy diferentes de Messi, en España y en la Selección. Un Lionel muy feliz, a pura sonrisa y gol, confianza y libertad para jugar, y otro representando a Argentina, muy tímido, fastidioso porque no le daban la pelota e incómodo con el sistema de juego, a pesar de compartir cancha con muchos de sus amigos.

Esto nos demuestra cuánto afecta a nuestras conductas y comportamientos el entorno, y todo lo que deviene del mismo.

Hoy ese pequeño jugador –nacido en Rosario, tímido, con problemas de crecimiento, amado, comparado y criticado, que lo ganó todo en Barcelona– se animó a salir de su zona de confort y probar suerte en otro club. Mostró un carácter y personalidad diferente, la que lo llevó a convertirse en un líder indiscutido, referente después de tantas experiencias y siendo el mejor del mundo. Incluso, para una gran mayoría, el mejor de la historia porque su juego y números así lo demuestran.

Ya con la obtención de la Copa América con su país, hoy va por el sueño y objetivo más grande: ganar la Copa del Mundo en Qatar 2022.

Fue creciendo a través de las diferentes experiencias, en distintos contextos y momentos de la vida, desarrollando no solo su capacidad para ver el juego de una manera más eficiente y con mayor maduración profesional, sino que también desarrolló de una manera notable sus habilidades blandas.

¿De cuáles hablamos? Del liderazgo, la tolerancia a la frustración y la comunicación, predicando desde el ejemplo, la humildad y el trabajo en equipo. Hoy, más maduro y consciente de sus virtudes técnicas, mentales y fortalezas conductuales, nos permite a los amantes del fútbol de todos los rincones del mundo soñar con un Messi en su mejor momento. A esto se suma el entorno necesario para dar su mejor versión y regalarle una alegría no solo a su país, a él y a su familia, sino también a todos sus admiradores.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *